La externalización es un acuerdo por el que una empresa contrata a otra para que se encargue de una actividad planificada o existente que se realiza o podría realizarse internamente y que a veces implica el traslado de empleados y activos de una empresa a otra.
El concepto, que según The Economist «se hace sentir desde la época de la Segunda Guerra Mundial», suele implicar la contratación de un proceso empresarial operativo como la fabricación, la gestión de instalaciones, etc.
El ahorro de costes derivado de las economías de escala y la especialización puede motivar la externalización. Desde aproximadamente 2015, los beneficios indirectos de los ingresos se han convertido cada vez más en motivadores adicionales. Otra motivación es la velocidad de comercialización.
La externalización puede ofrecer una mayor flexibilidad y control presupuestario al permitir a las organizaciones pagar por los servicios y funciones empresariales que necesitan, cuando los necesitan. A menudo se considera que reduce la contratación y la formación de personal especializado, que permite disponer de conocimientos especializados y que disminuye el capital, los gastos de funcionamiento y el riesgo.
«Haz lo que mejor sabes hacer y subcontrata el resto» se ha convertido en un eslogan empresarial internacionalmente reconocido, acuñado y desarrollado por primera vez en los años 90 por el consultor de gestión Peter Drucker. El eslogan se utilizó principalmente para defender la externalización como estrategia empresarial viable. Drucker empezó a explicar el concepto de «externalización» ya en 1989 en su artículo del Wall Street Journal titulado «Sell the Mailroom».
La externalización ha contribuido a nivelar aún más las desigualdades mundiales. El aumento de la eficiencia industrial que ha caracterizado el desarrollo de los países desarrollados se ha producido como resultado de las mejoras tecnológicas que ahorran trabajo. Aunque estas mejoras no reducen los niveles de empleo, sino que aumentan la producción por unidad de trabajo, pueden disminuir indirectamente la cantidad de mano de obra necesaria para niveles fijos de producción.
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